jueves, mayo 31

Entre el ser y el parecer





Si Latinoamérica fuese una persona sería como París Hilton, de hecho -aunque parezca extraño- hay ciertas similitudes entre ambas: siempre involucradas en un escándalo, herederas de una gran riqueza, superficialmente transformadas y muy predecibles...

Nuestro continente parece estar sumido en el sensacionalismo de los 30 (si mal no recuerdo), cuando toda noticia era objeto de escándalo, producto de hechos exprimidos al máximo por un tratamiento informativo que desembocaba en mero entretenimiento. No digo que ahora sea exactamente igual, por supuesto que hemos mejorado, sin embargo ¿quién se atreve a negar que no se respira una especie de ansia noticiosa?... Es como una adicción, la adrenalina a tope, ese preguntarse a uno mismo: y ahora qué, esperando más.

El deseo de saberlo todo es tanto, que los medios de comunicación parecen quedarse cortos, no rinden. Hoy el ciudadano se involucra hasta tal punto en la noticia que no sólo es parte de ella, sino que la genera, transmite y analiza. Me atrevo a decir que ha sido por necesidad, pero sobre todo por gusto, después de todo informar es un gran poder que se tenía reservado para unos cuantos.

Además, sucede que hay demasiado por contar en cualquier lugar. La noticia está en todas partes, porque la ciudadanía está allí, justamente. Siento que cada vez menos, se trata de unas particulares declaraciones de pesos pesados políticos, de gremios o empresas privadas. Somos tú, yo y cualquiera que desee expresar lo que ocurre a su alrededor, gústele a quien le guste.

La sociedad lo exigía y la tecnología se lo dio. La venganza es dulce y la naturaleza no falla en su proceder: causa-consecuencia. Ahora lo multimedia ofrece la posibilidad de comunicar con plena libertad, entre gustos y colores en la red sí caben todos, hasta quienes por razones retrógradas dicen no querer caber, por ejemplo: aquellos que no aceptan el “periodismo ciudadano” y ni se molestan en reconocerlo como el más destacado fenómeno social y comunicacional de los últimos tiempos.

Naturalmente, no es sólo Latinoamérica, sino el mundo. Queremos vernos reflejados en los medios de comunicación, y no cabe duda de que la virtualidad propiciada por Internet, es la herramienta perfecta para esto. Esta vez es a nuestro modo, porque ahora más que nunca el ciudadano puede tener el control, está escalando posiciones y recobrando un bien merecido protagonismo que le estaba siendo arrebatado por completo.

Los dirigentes de las naciones están concientes de esto, quien no la “debe” no la “teme” y en Latinoamérica, la mayoría de los gobernantes se ahogan en deudas, especialmente sociales. Quizá por esto no debería sorprender la actitud autocrática y caprichosa de muchos presidentes latinos; unos quieren controlarlo todo y otros –la mayoría-, aquello que resulta más “peligroso”: la expresión ciudadana, la opinión pública.

Algunos ejemplos: en Venezuela sobran, lo más reciente: RCTV; México: Corte Suprema anula de los principales artículos de la Ley de Radio y Televisión que permitía a los actuales concesionarios obtener su refrendo con ventajas; y en Honduras, el presidente Zelaya obliga a medios de comunicación a transmitir sus “cadenas”.

Definitivamente, hay una crisis: la descarada incoherencia entre las actas constitucionales y el ejercicio gubernamental, del dicho al hecho, de la teoría a la práctica… nada más distante. Países “democráticos” y “libres”, cuyas constituciones proclaman un derecho que los gobiernos de hoy no perdonan: la expresión popular.

domingo, mayo 20

¡Felíz Cumpleaños verikat!

Hoy cumplo 22.
Quedan 225 días para terminar el año.
20 de mayo: según wikipedia es el centésimo cuadragésimo (140º) día del año del Calendario Gregoriano, 141º en los años bisiestos. Y si quieren ver qué cosas interesantes han sucedido otros 20/05, quiénes han nacido o fallecido, este no es el lugar indicado.
Pero este sí...
Un día normal...
Comparto unas fotos mías, algunas de ellas con personas que ¡¡¡ADORO!!!.- Disculpen los que no aparecen, cuestión de espacio...


Creo que en el 2003 - Empezando la carrera

Con mami

Tal cual lo dicen los números rojos. Celebrando mi cumple en Alter (2 días después) con una de las personas que más quiero

Gran amiga: Andre Peverelli (centro)... 2006

Con Albert y Edu: hermano + primo (no crean que los estaba forzando, es que ellos son duros... Mis pequeños -ya no tanto-)

El problema de los intereses


Tiene muchos nombres, se presenta de muchas maneras, se viste de gala o casual, aparece en los diarios, se acuesta con la vecina, va al colegio, compra en la bodega de la esquina, está aquí y allá, probablemente lo rozamos hace unos minutos sin darnos cuenta. El asunto no es propiamente preocuparse por lo propio, sino afectar –joder la vida- considerablemente a un buen número de personas por “un capricho”.
(Se dice del capricho: idea sin razón, deseo vehemente, antojo, obra de arte que rompe con las reglas establecidas.- ¡Vaya arte si el antojo que rompe con lo establecido es el de fastidiarle la vida a los demás! por una razón extremadamente individualista, tanto así que pasa a ser nula, dejando de tener razón y convirtiéndose en un absurdo querer).
Pregunta: ¿Qué tantas personas tienen que ser para considerar un problema defender los intereses particulares?
Respuesta: Pero es que no es eso y ni siquiera el hecho de que sean “personales”, porque el asunto es gremial. Alguien tiene que decirlo (momento heroico del texto): es egoísmo en su más pura expresión. ¿Aún no entiendes?...
Lo que un día es azul, rojo, anaranjado o incluso incoloro, mañana es verde, sólo porque hay quienes les gusta este último color y tienen el poder de vestir de verde todo lo que les provoque. Dicen que es el color de la esperanza, también el del dinero. (¿Quizá porque la sociedad de hoy todo lo espera de un billete? quizá…) Buenas cosas se han inventado, con buenos fines, con buenas ideas. Basta que llegue la señora “esperanza” vestida de “verde” (como el dólar) y el curso de la historia cambia… (o ¿debo decir “sigue su vía”?)
¡Qué difícil es encontrar el día en que el dinero empezó a controlarlo todo! Un papel que negocia conciencias o un metal con el que se compran almas. Cree que está por encima de lo que ni siquiera puede medirse en términos de precio, cree que puede equipararse al valor de valores y jura que la virtud es opulencia.
Sólo 2 ejemplos (para no extendernos mucho):
1) “El concepto de ciudadanía nacional desapareció virtualmente en Europa durante la Edad Media, reemplazado por un sistema de derechos y obligaciones feudales. En la Edad Media baja y en el Renacimiento, la propiedad de ciudadanía en varias ciudades y pueblos de Italia y Alemania se convirtió en garantía de inmunidad para comerciantes y otras personas privilegiadas de los reclamos y prerrogativas de los señores feudales”. (Enciclopedia Britannica Online).
2) “Los derechos de autor nacieron con la invención de la imprenta. En aquellos tiempos, el control de la expresión de las ideas era fácil porque muy pocos podían costearse los instrumentos necesarios para multiplicar las obras. Era a los que podían, a los editores, a quienes iban dirigidas estas leyes. Los ciudadanos no eran los destinatarios de las obligaciones y prohibiciones de los derechos de autor porque la posibilidad de reproducir obras intelectuales no estaba en sus manos. Los avances tecnológicos ponen eso del revés. Las fotocopiadoras, los casetes y ahora los ordenadores e Internet han convertido en vapor la ya de por sí inmaterial obra intelectual. La posibilidad actual de hacer copias rápidas y baratas hace que hoy las leyes de propiedad intelectual tengan como principales destinatarios no a los editores sino a los ciudadanos. La propiedad intelectual se ha volatilizado y se escapa entre los dedos de los que ayer la controlaban. Para frenar esa situación las leyes fingen sólido lo que es gaseoso y convierten en propiedad privada algo que no se puede poseer. Bajo la careta de la defensa de los derechos de los autores se encuentran las empresas que más han hecho por esclavizarlos. Tras el lema “protejamos a los creadores” hay realmente un ansia privatizadora en la que la persecución a millones de ciudadanos por el intercambio en P2P es sólo una batalla más de las muchas que se están librando”. (David Bravo, “Copia este libro”)
El problema de los intereses particulares es asunto de egoísmo, pero no sólo es eso, sino que paradójicamente, lo único que quieren compartir quienes los tienen, es ese deseo egoísta. No podía ser de otro modo. Es el lobo disfrazado de oveja.

sábado, mayo 19

¿Egoísmo?

Nada ni nadie valen tanto la pena como para sacrificar la felicidad personal.
Nota: “momentos de alegría” no son felicidad.

martes, mayo 15

Hoy decidí comer porquería

Llevaba tanto tiempo comiendo sano que les juro perdí la cuenta. Tener 21 años, ser mujer y vivir en el siglo XXI, NO ES FÁCIL. Mentirosa la que niegue haberse preocupado alguna vez por su aspecto físico. Yo, alguna vez lo hice, en otro momento simplemente ni me importaba cómo me veía, luego llegó el momento de la "salud".

Puedo darme cuenta de que mientras se alcanza la "madurez", la cual realmente nunca acaba de llegar, las actitudes frente al "cómo me veo" y "que dirán" van cambiando. Particularmente, opino que estas situaciones ocurren en su mayoría al sexo femenino, pero con la llegada de la homosexualidad y el llamado metrosexual, algunos hombres también son víctimas de esto.

Es raro, pero ahora que lo pienso, hay ciertas actitudes que se atribuyen a cada género. Mientras que con las féminas sucede lo que ya dije, al macho macho man se le relaciona con el “me importa un *%&$? como me veo”. Quizá por eso se dan el lujo de mandar al diablo cualquier régimen de adelgazamiento, para ellos no hay 90-60-90 que valga, ni tampoco Vanidades que les diga “vístete así”, “ríete como fulana” o “ni se te ocurra besarlo en la primera cita”.

El hecho es que las mujeres están rodeadas de mucha más presión por ser de tal o cual forma, mientras que los hombres aún no. Posiblemente, esto no cambie nunca, aunque ahora veamos hombres que se comportan como mujeres en este sentido, porque quizá se coló el mensaje en su subconsciente de alguna extraña manera.

Por mi parte, hace tiempo me cansé de “encajar”, porque cuando entras en el cuadrado de moda, resulta que ahora se tiende al círculo. No tengo paciencia, no tengo plata y tampoco cabeza para eso. Durante un tiempo lo intenté, pero me di cuenta que la locura me tocaba la puerta un día sí y el otro también.

Luego lleve la situación al límite y decidí tomar una decisión racional, saludable y opté por hacer ejercicio y cuidar la alimentación. Pero mi tendencia a ser extrema en todo no perdonó, pasé de ser la persona más insana a la versión femenina de Lance Armstrong, con gran gusto por el ciclismo y demás.

Ahora ya me vale madre. Es el momento del equilibrio, ni demasiada salud, ni demasiada destrucción. Un día bien y otro mal. Así funciono, no puedo vivir encerrada en el cuadrado, una vez en el círculo, otra en el triángulo y así… variando, porque la rutina, el extremo orden y la perfección absoluta me descontrolan. (Sin contar la desgracia que me resultan los famosos cambios hormonales cada 28 días).