miércoles, junio 27

El placer de pagar impuestos


Según un estudio de la Universidad de Oregón (EEUU), desarrollado por el profesor de Psicología Ulrich Mayr, “saber que su dinero está yendo a una causa justa puede activar en algunas personas los mismos centros cerebrales de placer que comer y tener sexo”.

(¿Qué pensará Benedicto XVI sobre esto? Puede sonar trivial, pero si esto es cierto, entonces se puede dar un gran giro en la interpretación de cuestiones como las virtudes teologales e incluso el mismo Evangelio, particularmente en lo que a “caridad” respecta. CNN Expansión publica esta información con el título: “caridad causa mismo placer que sexo”. ¿Imaginan ustedes fe, esperanza, sexo y caridad?)

El profe considera que “la investigación arroja luz sobre la naturaleza del altruismo y que podría ayudar a las personas a tener mejores sentimientos cuando pagan impuestos. Lo que es interesante es que estas zonas del placer están ligadas a necesidades realmente básicas, como alimentación, sexo, refugio y relaciones sociales. Es la región que le dice al cerebro lo que es bueno para nosotros”.

“El hecho de encontrar actividad del placer en estas situaciones similares al pago obligatorio de impuestos sugiere fuertemente la existencia de altruismo puro. Lo que demuestra (este trabajo), en principio, es que somos capaces de sentirnos bien pagando nuestra parte. La pregunta es: ¿por qué nos sentimos mal tan seguido por pagar nuestros impuestos? Nuestro estudio muestra que vale la pena buscar una respuesta”.

No puedo considerarme como pagadora de impuestos, pero compadezco a quienes no pueden zafarse de esta odiosa responsabilidad, sobre todo si el dinero puesto en juego no cubre los gastos que se supone debería (blame the State). Razones para que nos desagrade esta ley de vida (porque aquí al que no paga le cae el SENIAT y adiós todo –aunque a veces al que paga también le sucede -blame the State again).

(*Nota: qué irónico ¿no? Pensar que existe la Virgen de la “Caridad del Cobre”)

martes, junio 19

La mujer de mi vida


And she made a wall. Nadie puede ver a través de ella, desea que todo a su alrededor sea como quiere, como ella; parece que no tiene sentimientos, ha tratado de enterrarlos... Solía dejar salir las emociones, ahora nada drena de sí, su persona está como en el limbo, no espera mucho, podría asegurar que nada... Sólo quiere seguir sin cuestionarlo, no quiere más que vivir quien sabe por qué, no dice, no cuenta, no habla, no muestra. A veces quiero acabar con ella, porque siento que acaba conmigo, pero me doy cuenta de que simplemente, ya está acabada o al menos eso parece. Ella es un enigma y yo muero por descubrirla, quizá pierdo mi tiempo, pero después de todo, ella es la mujer de mi vida y no me canso de entenderla... supongo que he aprendido a amarla o más bien eso quiero, but she made a wall, she made a wall, she's afraid of me, she's afraid of something and i wish she wasn't because she's killing me softly... am I drowning in a glass of water?? don't know, I just don't know... ¡Qué fácil es decirlo, que difícil es vivirlo!

lunes, junio 18

No tiene precio...


¡Cuánto le gustó ese momento!
Tan solo unos segundos en sus brazos, casi un minuto sintiendo su suave piel, pensando qué está pasando, pero sin temor a disfrutarlo. En el momento que sucedió supo cuánto lo había deseado, aunque nunca quiso imaginarlo. A veces intentaba soñarlo, pero normalmente no se lo permitía, evadía cualquier pensamiento, le decía no a su propia incitación. Tenía miedo y lo sigue teniendo, miedo a lo desconocido, no quiere pensar sobre ello, sabe que algo pasa, pero no se preocupa por definirlo, no tiene prisa, no desea afrontarlo… ¿por qué?, ¿para qué? Quiere vivir cada minuto como si fuera el último, exprimir lo máximo de cada vivencia, cada respiro, cada mirada, cada sentido… Quiere ir lento, pero sabe que no es seguro. No parece importarle, sabe lo que tiene, sabe lo que pierde, no sabe lo que quiere… - Sane que no es un capricho, no es mera curiosidad, es el deseo de lo prohibido, es la codicia de lo que nunca se ha tenido. ¿Cuándo dejarás el más grande vicio de todos?

viernes, junio 1

El imperio (cree que) contraataca


¿Qué pasa con la sobreexposición mediática a la que nos tienen acostumbrados el presidente y su gabinete? No es que los extrañe, sino que una vez más huyen convenientemente, una actitud que en repetidas ocasiones ha adoptado el gobierno y al regresar al "hot spot", lo hacen con todos los hierros, tratando de que el puñetazo sea lo suficientemente fuerte como para herir al adversario. No es un toma y dame, aunque apuesten a eso.

Antes de que Desireé Santos Amaral nos insinuara "noblemente" que los estudiantes están siendo utilizados por algunos dirigentes políticos, había que preguntarse: ¿y ahora qué estarán inventando? como cuando los niños están muy calladitos haciendo quien sabe que... Efectivamente, no estaban jugando carritos, aunque a veces parece que así asumen la gobernación del país, sino que construyeron toda una historia barata para descalificar a quienes menos tienen protagonismo en las recientes manifestaciones estudiantiles. Se equivocaron de escritor, ese guión no funciona, esta vez la descalificación va por mal camino.

Atención a toda costa, eso es lo que pide el gobierno y cómo le preocupa no tenerla. Evidentemente, cuando no está en boca de todos, hace lo que sea para estarlo y como si no fuera suficiente con sus medios de comunicación para lograrlo, cualquier espacio que hoy no reseñe un poquito de sus gracias está en la mira. Es un doble riesgo, cubrir cada escándalo o no hacerlo, la medida justa está entre ambos supuestos. Si los reflectores les alumbran demasiado los medios son "sensacionalistas" y "golpistas", conspiradores e incitadores a la violencia, pero si apenas les llega la luz, son parciales, coartan la libertad de expresión de algunos venezolanos (los que han hecho suyos con código de barra rojo) y el tratamiento informativo es desequilibrado.
No puede ser. Ni lo uno ni lo otro. Basta de que ellos dicten las reglas, basta de seguirles el juego, porque no lo es. Los ciudadanos también somos medio de comunicación y estamos entendiendo cada vez mejor nuestro rol, que no es secundario ni mucho menos. Sí tenemos la última palabra y cómo darla a conocer. Ya no dependemos absolutamente de una pantalla u onda hertziana, tampoco de tinta y papel. Simplemente, un espacio en línea es nuestra mejor herramienta de expresión, un huequito que como la entrada de una casa de hormigas parece pequeño, pero sólo es la fachada. Arma tu espacio, levanta tu propia casita y diséñala con lo que tu expresión desee, más nada.