¡Que alegría!
De vez en cuando escribo algunos artículos de opinión que envío a El Impulso Antes de enviarlos se los muestro a varias personas para que me den el visto bueno, para ver si me supe expresar, a mi mamá para que detecte la horrible presencia de algún error de redacción o incluso ortográfico, porque en el proceso de escribir y leer uno mismo lo que escribe, el teclado ayuda a meter la pata, y la vista, fijada más en las propias ideas que en el texto plasmado en la pantalla del computador, pasa por alto lo que otros sí logran ver.
El caso es que el domingo pasado me publicaron un artículo, pero fue ayer cuando me di cuenta revisando el archivo de opinión en la web del diario. Con este ya son 3, cuestión que me alegra bastante. Aún recuerdo cuando envié el primer artículo, escrito durante una práctica de periodismo de opinión y echando broma con mi profesora, me aventuré a enviarlo con la idea de que "no importa, igual no lo van a publicar"... Y luego, un viernes yo en la piscina y me llama mi madre notificándome que el fulano artículo fue publicado.
Aquel brinco de alegría fue el mismo que me sobresaltó ayer, porque sinceramente, cada vez que escribo y envío pienso que no lo van a publicar, y así es mejor, la sorpresa es más bonita y la sensación es siempre nueva, auténtica, como la primera vez. Después de todo, no escribo para que me publiquen sino para expresar ideas y si es posible compartirlas con otros. Y como ahora estoy en plan de compartir más de mí misma en este espacio, les cuento esto y si desean leer el artículo vayan a El Impulso, columnas, opinión, archivos del domingo 13/01/2008 y allí: "Todo lo que sube...".-