martes, noviembre 18

Ser útil, dejar pozo...


¿Qué es sino abnegación el entregarse al 100% cada instante, hasta olvidarse de uno mismo, haciendo que "el sacrificio sea holocausto"?

Esa fue la interrogante que, más bien en tono de convencimiento que de duda, surgió en mi interior luego de leer en Cofradía Mamá, el post más reciente de una madre entregada a su hijo:

"Que todo pasa pareciera una promesa de un político populista para las recién estrenadas madres en los primeros tres meses del bebé, pero es así. Eso me lo decía una amiga que me acompañó en este camino de trasnocho y exigencias extremas de un chiquitico, y ahora lo repito a mis amigas que pasan actualmente por esta etapa. Repetirlo como un mantra ayuda. Y es que una gran amiga me comentaba que el cansancio no te deja disfrutar del bebé, no solo es real, sino que no tiene nada de malo admitirlo. Somos mujeres, la mayoría trabajadoras en otras lides más lógicas y menos emocionales, y esta responsabilidad abruma. La buena noticia, es que esto tendrá muchas recompensas...".

Así es: lo que quizá hoy nos parece incómodo, insoportable, fastidioso, doloroso, difícil de llevar, incomprensible,… mañana puede traer grandes recompensas. "El niño bobo patalea, cuando su madre cariñosa hinca un alfiler en su dedo para sacar la espina que lleva clavada… El niño discreto, quizá con los ojos llenos de lágrimas –porque la carne es flaca-, mira agradecido a su madre buena, que le hace sufrir un poco, para evitar mayores males". Es el ejemplo del santo de lo ordinario.

Abnegarse es darse por completo. Para eso es preciso sacrificarse y poner allí el corazón. Cada uno recogerá frutos de acuerdo a su objeto de entrega y de la calidad de esta.

Entonces conviene pensar y reflexionar sobre nuestros planes de vida, nuestras acciones cotidianas. ¿Están en el fondo vacías, carentes de norte y sentido, de hondura, de un objeto de entrega que nos permitirá recoger frutos dulces y jugosos: bienes imperecederos… paciencia, responsabilidad, espíritu de sacrificio, solidaridad, generosidad, comprensión, fortaleza, vida eterna…? Si la respuesta es sí, es el momento de rectificar hoy, ahora, porque mañana puede ser tarde.

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