viernes, diciembre 8

Calentamiento global, enfríamiento social...

El problema del cambio climático no es algo que apenas comienza a afectar. Desde hace mucho tiempo, este y otros problemas han sido materia de cuidado ambiental, no sólo por parte de Green Peace, sino de otras organizaciones dedicadas a las cuestiones ecológicas. De hecho, este tipo de temas son abordados abiertamente en los salones de clase desde que somos muy pequeños, así que no constituye novedad alguna su incidencia mundial.

Pero si de algo nos puede servir esta situación, es para reflexionar qué hemos hecho para cambiarla, considerando que no es algo reciente, sino que se viene tratando desde hace años. Ciertamente, las campañas informativas son una buena manera de concienciar a las personas, a las diferentes poblaciones mundiales, sin embargo, es preciso hacer algo paralelo a esto.

No basta con informar, sino que desde la misma iniciativa de conocer el problema, deben plantearse soluciones con el fin de ser operadas. No basta con estudiar el problema, es necesario movilizar a las personas de una manera más directa, más concreta. No es una labor sencilla, pero es algo que sin duda nos corresponde a todos.

Considero que es preciso comenzar por los niños, que serán los hombres y mujeres del mañana. Esta situación no sólo empieza por solucionarse con proyectos ejecutados hoy, ahora, sino que exige una constante revisión y prevención a futuro. Quizá, desarrollar actividades en colegios y escuelas alrededor de todo el mundo, sea una manera de empezar a fomentar el cuidado ambiental de una manera habitual.

En parte, el problema también radica en la falta de responsabilidad que la humanidad ha demostrado con el cuidado ambiental, y esto no es sólo una cuestión de conciencia social, sino de virtud personal. Habría que comenzar por educar a las personas enseñándoles a ser responsables, por ejemplo, para que luego puedan entender de qué se trata la participación activa que se nos exige para atacar los problemas ecológicos, entre otros.

Medidas como el protocolo de Kyoto no son suficientes, porque no se trata de una palabrería formal que asumen ciertos países y con esto, la conformidad ante el problema y la participación. No basta con firmar un tratado y cumplirlo, porque al hacerlo se supone que se tiene una cierta conciencia de lo que ocurre, de manera que la preocupación debe demostrarse generando soluciones individuales, no esperando que sean impuestas. Hay que ser coherentes, de lo contrario sería como una especie de hipocresía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para resolver los problemas medioambientales creados por el bicho humano, es importante comprender cómo han influido los aspectos psicosociales en la creación de problemas, y cómo puede usarse nuestro creciente conocimiento de los factores humanos y sociales para resolverlos.
Este blog recoge algunas ideas relacionadas: http://www.calentamientosocial.com