lunes, junio 18

No tiene precio...


¡Cuánto le gustó ese momento!
Tan solo unos segundos en sus brazos, casi un minuto sintiendo su suave piel, pensando qué está pasando, pero sin temor a disfrutarlo. En el momento que sucedió supo cuánto lo había deseado, aunque nunca quiso imaginarlo. A veces intentaba soñarlo, pero normalmente no se lo permitía, evadía cualquier pensamiento, le decía no a su propia incitación. Tenía miedo y lo sigue teniendo, miedo a lo desconocido, no quiere pensar sobre ello, sabe que algo pasa, pero no se preocupa por definirlo, no tiene prisa, no desea afrontarlo… ¿por qué?, ¿para qué? Quiere vivir cada minuto como si fuera el último, exprimir lo máximo de cada vivencia, cada respiro, cada mirada, cada sentido… Quiere ir lento, pero sabe que no es seguro. No parece importarle, sabe lo que tiene, sabe lo que pierde, no sabe lo que quiere… - Sane que no es un capricho, no es mera curiosidad, es el deseo de lo prohibido, es la codicia de lo que nunca se ha tenido. ¿Cuándo dejarás el más grande vicio de todos?

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