sábado, septiembre 30


Habiendo tantas cosas que decir, habiendo tantas cosas importantes que suceden alrededor del mundo y que necesitan hacerse públicas…
¿Cómo carrizo se siguen imprimiendo día tras día las mismas palabras en las prensa? ¿Cómo carrizo se siguen narrando los mismos acontecimientos?.-

Ya empiezo a creer eso de que los eufemismos a los que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación dejan ver entre una cuestión y otra, la poca capacidad de reflexión. Es la única forma con la que medio puedo explicarme por qué el mundo se resume en terrorismo, pobreza, guerras territoriales, controversia religiosa, espectáculos de entretenimiento decadentes desde la soñada tierra americana o desde la Europa inmoral, y en general… una ola de asuntos negativos.

¿Son cosas mías o está más que claro que el mundo se va a la basura? Y todavía con eso se está yendo para algún lado… sería más propio decir que nos estamos autodestruyendo, simplemente estamos deshumanizándonos. Ese debería ser la gran noticia del día, el editorial glorioso, el gran artículo de opinión, el detonante polémico, el gran tema de inspiración para la industria del entretenimiento.

Estoy convencida de que es la manera en cómo se tratan las cosas, lo que nos acorta la vista. No se ve más allá porque se supone que lo obvio es lo suficientemente confiable y hondo, porque se supone que con eso basta y resulta que la superficialidad se ha convertido en una de las características del hombre de hoy.

En ese sentido claro que es fácil hablar de mundo global. Es lo mismo que el bendito término que se refiere a los grupos de personas como “masas”. Es que, incluso si lo llevamos a lo gráfico, repugna. ¿Cómo ver a las personas, individuos que se relacionan y cuya identidad es intransferible y única, digna de tomar en cuenta en su unidad, como una “masa”, en un desagradable aglutinamiento producto de la flojera mental, del superficialismo?

A mí que no me incluyan. Me niego a verme inmersa en eso que llaman “masa”, porque simplemente no soy igual que el otro. Simplemente, no lo menosprecio, pero reconozco claramente que no tenemos los mismos interés, no vivimos las mismas circunstancias, no somos uno los dos o tres… y también veo que agrupar de tal manera es la forma más fácil o mejor dicho, más cómoda de ver las cosas.

El mundo global es el mundo de las masas, y en consecuencia el lugar donde los hombres pierden su carácter de persona y pasan a ser un todo, quedando despojados de su individualidad, de lo que le es más propio, de su yo.

¿Y con esto pretenden resumir al mundo?, ¿reducir cada vez más y más su inmensa complejidad?, ¿tratando de aglomerarla? Es cierto que las ciencias de la sabiduría más profundas son las que van a lo más concreto, como la metafísica, por ejemplo, pero no es esa clase de especificaciones las que caracterizan una visión fundamental del mundo. No pasan del fenómeno al fundamento y lo peor es que creen lograrlo a través de meras apreciaciones reduccionistas.

El mundo no es un pañuelo que unos cuantos aparentemente bien selectos pueden llevar en el bolsillo, porque su dinámica es producto de lo que no podemos reducir: las relaciones humanas, el hombre, la persona, el ser.

2 comentarios:

Mariana dijo...

El mundo es un montón de procesos, cada proceso es único e irrepetible. Si bien es cierto que existen cosas bien generales, cada proceso tiene que ver con la realidad propia de cada lugar, tiempo y dinámica histórica.
Quizás es la famosa deformación profesional, pero considero al igual que tú, que cada vez se quiere encerrar más al mundo en una sola categoría, en una sola seria de "causas y consecuencias", cuando en realidad no es así.

alairelibrevzla@gmail.com dijo...

Sí, completamente de acuerdo con eso de una única serie de causas y consecuencias... Y lo peor de todo es que las personas comienzan a vivir -ya lo hacen- conforme a esa idea...
La verdad es que podemos llegar a ser tan cerrados a la realidad que nos hundimos en nuestras propias ideas sin fundamento.